
- Igualdad, Diversidad e Inclusión
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Para Susana Domingo, arquitecta especializada en arquitectura del transporte y urbanismo, viajar, conocer otras culturas, trabajar en entornos multiculturales, son experiencias que nos aportan nuevas perspectiva y formas de entender o abordar un proyecto, capacitándonos para responder con la solución más conveniente y mejor adaptada al contexto social y cultural del entorno donde lo estemos desarrollando. Hablamos con ella sobre diversidad cultural y el trabajo en equipos multiculturales.
En tu opinión y experiencia ¿qué beneficios nos aporta y con qué retos nos podemos encontrar al trabajar en un ambiente multicultural?
En mi caso, ha sido muy enriquecedor trabajar en países con diferente idioma, gastronomía, clima, religión y maneras de gestionar los proyectos. Pienso que no hay que dar nada por supuesto, lo que para nosotros puede ser algo habitual para otros no lo es tanto.
A veces cuesta entender algunas costumbres y el mayor reto es llegar a comprender su forma vivir y de hacer las cosas, diferente a la nuestra, pero no por ello incorrecta. Desde mi punto de vista, es importante tener claras las soluciones, pero es fundamental saber escuchar lo que demandan nuestros clientes y “entender el por qué lo piden”. Creo que ahí está la clave para poder aportar ideas nuevas basadas en nuestra experiencia, que ayuden a mejorar el modo de vida de las personas para las que están destinados los proyectos en los que participamos, sin pretender cambiarles drásticamente su forma de vivir.
¿Cuál es tu enfoque para comprender las perspectivas de colegas de diferentes orígenes?
Al abordar un nuevo proyecto instintivamente arrancas sin pensar en las diferencias culturales y vas a lo que conoces. En las primeras etapas del diseño, al poner en común las ideas, te das cuenta de que la manera de hacer las cosas puede llegar a ser muy diferente. Es muy interesante poner en común las diferentes maneras de trabajar para llegar a escoger de cada una de ellas lo mejor. Conocer las costumbres y la manera de pensar del país en el que debemos hacer un proyecto es fundamental para que funcione y para que sea bien aceptado por nuestros clientes y futuros usuarios. En resumen, lo importante es respetar su forma de ver las cosas y, a partir de ahí, definir cómo podemos mejorarlas, sin imponer nunca nuestra manera de hacer.
¿Cómo podemos transformar la multiculturalidad en una ventaja competitiva para la organización?
Hoy por hoy las fronteras entre países parecen desaparecer; nos movemos mucho más que antes, tanto por trabajo como por ocio, lo que hace que vayamos incorporando costumbres de otras culturas a nuestra vida cotidiana y las hagamos nuestras. Esto implica que, al trabajar para otras culturas, las costumbres locales ya no nos parezcan tan diferentes, o por lo menos no nos extrañen tanto.
En SENER estamos acostumbrados a trabajar con compañeros de otros países y por lo tanto con otras culturas. El conocimiento local que nos aportan nos permite resolver más rápidamente los problemas. Al tener diferentes puntos de vista y trabajar en equipo, se ponen sobre la mesa todas las alternativas y en la mayoría de los casos el resultado final es un mix de ideas. Se me ocurre que esta diversidad cultural podría llegar a permitir que un mismo proyecto pueda implantarse en distintos países incorporando pequeñas modificaciones, puesto que ya tiene esa multiculturalidad en su origen, para adaptarlo aún más a cada lugar.
¿Qué consejo le darías a aquellas personas que trabajan o van a trabajar en equipos multiculturales y remotos?
Tal y como he dicho antes, el empaparse de las costumbres, la cultura, la gastronomía local… es una forma de entender mejor la manera de pensar y, por lo tanto, de vivir de cada país.
Una de las cosas que creo que más me ha ayudado a conseguir el éxito en un proyecto es pensar que yo voy a vivir en esa ciudad y voy a utilizar ese edificio, parque, sistema de transporte, etc. El no pensar que únicamente estoy de paso, sino que voy a ser un usuario más, es decir diseñar para los demás lo que me gustaría para mi ciudad.
Es cierto que el idioma es una barrera importante, el no poder expresarnos en nuestra lengua materna puede provocar malentendidos, pero a menudo las personas dicen mucho más con sus gestos que con las palabras; saber observarlas te da muchas pistas a la hora de diseñar. Me ha tocado trabajar en proyectos donde la inserción urbana es fundamental y recorrer las calles me ha permitido observar la forma de moverse de las personas por la ciudad (por trabajo, por ocio, por estudios, para ir a comprar, jugar en el parque, etc.), la forma de relacionarse entre personas y con el entorno, es clave.