Mecanismo de apunte de la antena de alta ganancia para el rover Perseverance de la misión Mars 2020
Bautizado como Hympulso, el proyecto forma parte del PERTE de energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento. Se desarrollará un nuevo coche técnico con hidrógeno y baterías para un tren Talgo 250, que permitiría circular con energías limpias en líneas sin electrificar. Talgo, Golendus, Ingeteam, Repsol, Sener y Optimus3D son los socios principales.
Una decena de empresas españolas se han aliado para diseñar y construir un sistema de propulsión basado en pila de hidrógeno renovable, e instalarlo por primera vez en el mundo en un tren de alta velocidad. Agrupadas en el proyecto Hympulso, las entidades diseñarán un conjunto de tecnologías aplicables al tren ‘todoterreno’ Talgo 250 que permitirían electrificar la red ferroviaria con energía generada íntegramente a partir de fuentes renovables, incluso en aquellas líneas que no cuentan con catenaria.
Liderado por Talgo, forman parte de Hympulso también como socios Golendus, Ingeteam, Optimus3D, Repsol y Sener. Como colaboradores actúan Universidad Pontificia Comillas y Tecnalia, mientras que Adif será observador. La iniciativa recibió una subvención por un importe de 6,5 millones de euros y forma parte del Programa de incentivos a la cadena de valor innovadora y de conocimiento del hidrógeno renovable, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Hympulso tendrá un carácter integral: activará toda la cadena de valor del hidrógeno renovable, desde la generación hasta el consumo, en el sistema ferroviario. El proyecto permitirá además analizar el impacto que la futura transición tendrá sobre los diferentes activos de la infraestructura ferroviaria gestionada por Adif, como las instalaciones de mantenimiento o la propia vía.
Así, con Hympulso se obtendrán de manera conjunta instalaciones de alimentación de hidrógeno adaptadas al ferrocarril -tanto móviles como fijas- y un prototipo pionero de tren bimodal híbrido para pasajeros con cambio de ancho, que podrá circular indistintamente por redes convencionales y de alta velocidad, usando alimentación desde catenaria cuando esté disponible, o hidrógeno y baterías en aquellos corredores sin electrificar.
Esta perspectiva integral es clave porque para abordar los numerosos y grandes retos tecnológicos que plantea la adopción del hidrógeno renovable en el transporte ferroviario será necesaria la implicación de múltiples actores en todos los niveles, y tanto del sector público como del privado.
Un tren ‘todoterreno’
Todos los socios del proyecto buscan evolucionar sus tecnologías habilitadoras y su experiencia en el campo del hidrógeno renovable con Hympulso. El objetivo de Talgo será así el de desarrollar, fabricar y probar la tracción dual-híbrida de baterías de hidrógeno en una rama de tren Talgo 250, destinada a operaciones de larga distancia en tramos mixtos: parcialmente electrificados y parcialmente sin electrificar.
Denominados Talgo 250, estos trenes cuentan con dos coches extremos técnicos (CET) cada uno, utilizados en la actualidad para generar la electricidad de la que se alimentan las cabezas tractoras, que actualmente utilizan gasóleo en los tramos sin catenaria. Bajo el proyecto Hympulso, se proyectará la sustitución en una unidad Talgo 250 uno de esos CET diésel por otro equipado con pilas de combustible y baterías, que se encargarán de suministrar electricidad a las locomotoras a partir de hidrógeno 100% renovable.
Respecto al alcance de los trabajos a desarrollar por el resto de participantes, es el siguiente:
Ingeteam diseñará, fabricará y probará convertidores de alta potencia reversibles, capaces de cargar las baterías desde la catenaria. Repsol y Golendus serán responsables de desarrollar dos instalaciones de repostaje de hidrógeno. Repsol desplegará una instalación móvil, mientras que la hidrogenera de Golendus será una instalación de producción y suministro de tipo fijo. Sobre las instalaciones de suministro de hidrógeno y la infraestructura ferroviaria la empresa Sener realizará un análisis global de riesgos y una simulación de la explotación de los servicios. En ambos casos se desarrollará una plataforma de control logístico para monitorizar el uso de hidrógeno en red.
Por último, la pyme alavesa Optimus3D trabajará en nuevos materiales y procesos para emplearlos en aplicaciones de hidrógeno, más eficientes y duraderos basados en fabricación aditiva.
En cuanto a las empresas observadoras, Adif quiere desarrollar su conocimiento en la definición de requisitos y casos de uso en el acceso a la infraestructura ferroviaria de la tecnología de hidrógeno. Desarrollará los requisitos de seguridad asociados a la infraestructura y a los interfaces con vehículo e instalación de repostaje, así como el diseño instalaciones de recarga estandarizadas y colaborará con los casos de uso en la plataforma de alimentación por hidrógeno.
Adif también incluirá la gestión integral de la alimentación por hidrógeno dentro de su estrategia del hidrógeno; además, contribuirá durante las pruebas en vía facilitando la gestión del acceso a la infraestructura.
Iniciativas que contribuyen a la transformación de la economía española
El proyecto Hympulso se enmarca dentro de la convocatoria de ‘Cadena de valor: diseño, demostración y validación de movilidad propulsada por hidrógeno’, que forma parte del PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) de energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento (ERHA). En la resolución de la convocatoria, este proyecto ha recibido la mayor puntación por la solidez de su propuesta técnica y su carácter innovador.
Con la designación de PERTE se identifica un sector como un área clave para el futuro de la economía. En total, se han aprobado doce proyectos estratégicos dedicados a áreas como el desarrollo del vehículo eléctrico y conectado, energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento, la salud de vanguardia, el sector agroalimentario, la nueva economía de la lengua, el modelo de economía circular, la industria naval, la aeroespacial, la digitalización del ciclo del agua, los microchips, también a la economía social y de los cuidados y a la descarbonización de la industria.