
- Movilidad e Infraestructuras
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La transformación del transporte converge sobre tres ejes: movilidad sostenible, automatización y digitalización de la infraestructura. El avance del vehículo autónomo, la expansión del vehículo conectado y el despliegue de infraestructuras inteligentes están redefiniendo el modelo de movilidad a nivel global, con un foco claro en seguridad, eficiencia y reducción de emisiones. Todos estos elementos forman ya un ecosistema interdependiente que exige datos fiables, estandarización, conectividad robusta y una carretera capaz de interactuar activamente con el vehículo.
La movilidad del futuro no depende únicamente de la evolución del coche: surge de la cooperación entre vehículo, infraestructura y nube. La movilidad deja de ser un conjunto de elementos aislados y pasa a ser un entorno cooperativo en el que la información fluye en tiempo real.
Movilidad sostenible: punto de partida ineludible
La movilidad sostenible combina sostenibilidad ambiental, eficiencia operativa y seguridad vial. Implica reducir emisiones, pero también anticipar incidencias, suavizar el flujo de tráfico, disminuir frenazos bruscos y garantizar que los desplazamientos sean más previsibles. En este escenario, la digitalización de la infraestructura adquiere un papel crítico.
Una movilidad más inteligente exige que la carretera sea parte activa del sistema: sensores, nodos conectados, tecnologías cooperativas y formatos de datos estandarizados permiten que los vehículos tomen decisiones más seguras y precisas.
Vehículo autónomo: avance real, pero lejos de la autonomía plena
El vehículo autónomo ha generado un enorme interés, pero los niveles altos de automatización (4 y 5) siguen siendo tecnologías restringidas a contextos específicos. El mercado está dominado por niveles 1 y 2, donde el conductor continúa siendo responsable. La realidad es que el nivel cinco no existe y no se le espera a corto plazo.
La autonomía está limitada por factores técnicos y operativos:
- Detección e interpretación de escenarios complejos.
- Gestión de la incertidumbre.
- Fiabilidad de la inteligencia artificial.
- Limitaciones de sensores en condiciones ambientales adversas.
- Dependencia de datos extremadamente precisos.
- Necesidad de una infraestructura legible y coherente.
Aquí entra en juego el ODD o dominio operacional de diseño, que define bajo qué condiciones un sistema automatizado puede funcionar. Iluminación, meteorología, tipo de vía, estado de la señalización o geometría del trazado son variables que pueden ampliar o reducir drásticamente el ODD.
Aunque la automatización de niveles altos aún no es viable a gran escala en movilidad civil, existen ámbitos donde la robótica terrestre y la autonomía avanzada sí están evolucionando con mayor rapidez. Un ejemplo es el entorno de defensa, donde los requisitos operativos, los escenarios controlados y la necesidad de cooperación entre plataformas permiten acelerar el desarrollo.
En este contexto, Sener lidera, a través de su área Aeroespacial y de Defensa, el proyecto europeo COMMANDS, seleccionado por el Fondo Europeo de Defensa. El programa desarrolla capacidades para convoyes cooperativos compuestos por vehículos tripulados y no tripulados, con inteligencia embarcada, autonomía táctica, sistemas C4I integrados y un enfoque explícito en ética, seguridad y operación conjunta. Aunque orientado a defensa y sin relación directa con la movilidad urbana o sostenible, muestra la convergencia tecnológica entre sensores, automatización, software avanzado y cooperación vehículo-vehículo que acabará influyendo de forma indirecta en futuras arquitecturas terrestres.
Carreteras inteligentes: requisito central para reducir desconexiones
Las carreteras inteligentes soportan la automatización al reducir desconexiones del sistema. Una infraestructura mal señalizada, débilmente iluminada o digitalmente incompleta limita la capacidad del vehículo de operar de forma estable.
La infraestructura comienza a incorporar:
- Señalización retroreflectante optimizada para visión artificial.
- Marcas viales reforzadas y uniformes.
- Refugios de emergencia adecuados para coches automatizados.
- Emisión continua de datos estructurados mediante infraestructura viaria digital.
- Sistemas cooperativos capaces de alertar sobre incidencias o riesgos.
El objetivo es claro: una carretera que contribuya activamente a la seguridad. No basta con tener vehículos inteligentes; necesitamos carreteras inteligentes y medibles que transmitan información fiable.
La clasificación funcional de infraestructuras viarias ayuda a determinar qué tramos son aptos para automatización, cuáles requieren mejoras y qué intervenciones pueden reducir desconexiones críticas.
Sistemas cooperativos C-ITS: el idioma común de la movilidad conectada
El despliegue de C-ITS (Cooperative Intelligent Transport Systems) permite la comunicación certificada entre vehículos, carretera y centros de control. Este ecosistema cooperativo se basa en estándares europeos que garantizan precisión, interoperabilidad y seguridad, y se integra en un contexto internacional en el que Estados Unidos, Asia-Pacífico y Australia llevan años desarrollando tecnologías V2X, conectividad en carretera y pilotos de movilidad inteligente.
Entre los elementos clave del sistema:
- V2V (vehicle to vehicle): comunicación directa entre vehículos que mejora la detección anticipada de maniobras y evita colisiones.
- V2I (vehicle to infrastructure): enlace con la carretera y sus sistemas, incluyendo paneles, estaciones RSU y centros de gestión.
- SPAT: transmisión de fases semafóricas y tiempos de cambio en tiempo real.
- MAP: geometría exacta de la intersección para maniobras automatizadas y advertencias de prioridad.
- DATEX II: publicación estructurada de incidencias, obras, restricciones, eventos y condiciones del tráfico.
- Mensajes regulados (CAM, DENM, SPAT, MAP): información certificada sobre obras, accidentes, retenciones, vehículos lentos, condiciones adversas o riesgos en calzada
Este marco no es exclusivo de Europa. En Norteamérica, los programas de “connected vehicles” y despliegues V2X siguen activos tanto en autopistas como en flotas comerciales, con fabricantes integrando V2V y V2I en sus modelos. China impulsa estas tecnologías dentro de sus estrategias de infraestructura inteligente y ciudades conectadas, con corredores V2X urbanos y periurbanos. Japón, pionero en DSRC y V2V/V2I, continúa migrando a estándares modernos de C-ITS. Corea del Sur despliega estaciones V2X en autopistas como paso previo a la conducción automatizada. Australia, por su parte, desarrolla pilotos C-ITS y adapta su marco regulatorio y de espectro para avanzar hacia un modelo nacional estandarizado.
En Europa, varios corredores C-ITS de Austria, Alemania, República Checa o Países Bajos forman parte de una red continental que ya opera con mensajes certificados y mecanismos comunes de seguridad. En paralelo, los mercados de América del Norte y Asia-Pacífico crecen con fuerza, impulsados por el interés en V2I, V2X y smart mobility fuera del marco europeo.
La diferencia respecto a aplicaciones de crowdsourcing como Waze es esencial: los mensajes C-ITS están certificados, auditables y sujetos a responsabilidad directa del operador de infraestructura. No dependen de aportaciones voluntarias ni de datos no verificados, lo que elimina riesgos de manipulación, imprecisión o retrasos en la detección de eventos críticos.
Vehículo conectado: impacto inmediato y casos reales
El vehículo conectado ya aporta beneficios tangibles. Aunque la autonomía plena aún está restringida, la conectividad sí acelera mejoras de seguridad y gestión del tráfico en la actualidad.
Ejemplos reales en Europa y otros paises.
- Aviso automático a los vehículos cuando un camión de mantenimiento se detiene en el arcén.
- Comunicación de obras móviles para ajustar velocidad y evitar colisiones.
- Prioridad inteligente para autobuses mediante SPAT y MAP, basada en retrasos reales.
- Señalización anticipada de estados semafóricos para reducir frenazos.
- Mensajes de advertencia directa en el cuadro de instrumentos, no en el sistema multimedia.
Estos casos de uso vehículos conectados ya funcionan con éxito en Austria, Alemania, España, Estados Unidos, Japón y China.. También se experimenta con el uso de gestión tráfico C-ITS para optimizar intersecciones y reducir atascos.
El valor más evidente aparece en la seguridad de los operarios de conservación de carreteras, ya que los conductores reciben un aviso certificado incluso antes de ver el vehículo detenido.
Software Defined Vehicle: el vehículo definido por software como nuevo estándar
El software defined vehicle es una tendencia estructural de la industria. El vehículo definido por software separa hardware y funciones, permitiendo:
- Actualizaciones OTA
- Nuevas capacidades bajo demanda
- Configuraciones que evolucionan durante toda la vida útil del coche
- Integración nativa con arquitectura vehículo edge cloud
- Un ecosistema vehículo–nube en el que la funcionalidad depende del software, no del hardware
Este cambio creará vehículos con más de mil millones de líneas de código y procesos de validación más complejos. La conectividad será el pilar que permita garantizar seguridad, ciberseguridad y coherencia operativa.
Infraestructuras inteligentes y movilidad conectada: hacia un ecosistema integrado
El desarrollo de infraestructuras inteligentes, combinado con tecnologías como V2V, V2I, SPAT, MAP, C-ITS, DATEX II y modelos basados en datos, habilita una movilidad más eficiente, más segura y más sostenible. La automatización dependerá tanto del rendimiento del vehículo como de la calidad del entorno en el que circula.
Las palabras clave que hoy definen este movimiento —carreteras inteligentes, movilidad conectada, movilidad del futuro, coche autónomo, coche conectado— describen un modelo que ya no es teórico: está en despliegue, con desafíos importantes, pero con beneficios claros desde el primer día.
El horizonte es claro: un ecosistema donde vehículo, infraestructura y nube trabajan juntos, reduciendo riesgos y creando una movilidad sostenible adaptada a las necesidades reales de la sociedad y al nuevo paradigma tecnológico.






