
- El alma detrás del proyecto
Categorías:
¿Qué te inspiró a iniciar tu carrera en Ciencias Ambientales?
Me licencié en Ciencias Ambientales porque mi idea era trabajar cuidando los recursos y protegiendo el planeta. Siempre me he sentido más cómoda con los números que con las letras, así que tenía claro que mi camino estaría ligado a las ciencias. Lo que nunca imaginé es que acabaría trabajando en el sector espacial y de defensa. Ha sido una sorpresa increíble y, sobre todo, un reto apasionante.
Cuando terminé la carrera, decidí especializarme en normativa de calidad y medio ambiente. Esa decisión se convirtió en la puerta de entrada a un sector que exige los más altos estándares del mundo. Cada día me recuerda que, aunque el camino no siempre es el que imaginamos, puede llevarnos a lugares extraordinarios si estamos dispuestos a aprender y a asumir nuevos desafíos.
¿Qué te interesó de Sener?
Una antigua compañera de trabajo, que sabía que estaba buscando un cambio, me dijo: “Mándame el CV”. Ese simple gesto abrió la puerta a una nueva etapa. Cuando tuve la entrevista con mi actual jefa, Eva Creus, y con mis compañeros Raquel y Alfonso, sentí que había encontrado el lugar que estaba buscando. Además, jugaba con ventaja: años atrás había trabajado en Arganda, cuando la empresa era Rymsa y después TRYO, y conocía la calidad humana que siempre la ha caracterizado.
A lo largo de mi trayectoria he pasado por distintas empresas del sector, cada una con su propia manera de hacer las cosas. Algunas lideran sistemas completos, otras desarrollan subsistemas y otras se centran en productos muy concretos. Aunque las “reglas del juego” son las mismas – normativa, estándares – cada compañía las adapta a su realidad. Por eso creo que es fundamental tener una visión global, entender cómo encaja cada pieza en el conjunto, para poder aportar soluciones que realmente marquen la diferencia.
En calidad siempre hay margen para mejorar. Y para mejorar, hay que aprender, escuchar y compartir. Mi objetivo es aportar valor, no solo a la empresa, sino a cada proyecto y a cada persona que forma parte de él. Porque al final, lo que hace grande a una organización son las personas que la construyen día a día.
Mi objetivo es aportar valor, no solo a la empresa, sino a cada proyecto y a cada persona
¿En qué área de negocio trabajas? y ¿cómo es tu día a día?
Trabajo en el área de Calidad, como Product Assurance Manager, en proyectos de espacio y defensa. Mi día a día es una auténtica caja de sorpresas: hay jornadas en las que abro un documento para avanzar y, al final del día, me doy cuenta de que he estado resolviendo incidencias con los compañeros. Aunque a veces puede resultar frustrante no controlar tu tiempo, a mí me encanta. Saber que aporto mi granito de arena para encontrar soluciones y garantizar que lo que sale por la puerta de Sener cumple con lo que el cliente necesita, es muy gratificante.
¿Qué progresos ha realizado desde que se incorporó a Sener? ¿Cuáles son los proyectos más importantes en los que trabaja actualmente?
Cuando entré, le dije a mi jefa que quería ser responsable de algún área de expertise en calidad, y hoy puedo decir que he cumplido ese objetivo. Actualmente soy responsable de calidad de los productos de navegación autónoma que desarrolla Sener y también de Return of Experience, es decir, la gestión de problemas y lecciones aprendidas en el área de calidad. Entre los proyectos más relevantes están ARIEL MGAMA, con el reto que supone coordinar un proyecto multisede (Polonia, Arganda, Cerdanyola y Tres Cantos), y todos los proyectos que salen de Naviground®.
¿Cómo crees que los proyectos en los que trabajas influyen en el mundo o sociedad actual / futura?
Creo que Sener tiene una visión que va más allá de lo inmediato: no solo piensa en el mañana, sino en el futuro. Por ejemplo, la tecnología de navegación autónoma en la que trabajamos permitirá reducir riesgos para los militares del futuro y, además, podrá aplicarse en el ámbito civil. Eso me motiva mucho.
¿Cómo te mantienes actualizado sobre el conocimiento y las tendencias generales en tu sector?
Es un sector que evoluciona muy rápido, y a veces puede resultar abrumador estar al día, sobre todo porque no toda la información fluye con facilidad por motivos de confidencialidad. Me ayuda mucho el boletín de prensa interno, que filtra lo más relevante y nos mantiene informados tanto de la empresa como del sector.
Creo que Sener tiene una visión que va más allá de lo inmediato.
En tu opinión ¿qué distingue a Sener de empresas de la competencia?
Sener es una empresa que se atreve. No se siente pequeña y sabe cómo hacer que todos aportemos nuestro granito de arena para lograr cosas grandes. Además, fomenta la colaboración entre diferentes áreas de negocio, lo que genera sinergias ágiles y compartidas.
¿En qué nuevos retos te ves trabajando a medio plazo?
Me gusta que la vida me sorprenda, pero me encantaría contribuir a homogeneizar las metodologías de trabajo en Sener, para que todos tengamos claro nuestro rol y podamos sentirnos seguros incluso ante imprevistos. Una red sólida de procesos nos permite trabajar con confianza y afrontar cualquier desafío.
Como profesional de calidad en el sector aeroespacial, uno de los mayores retos es garantizar el cumplimiento de estándares extremadamente exigentes en entornos donde la innovación avanza a gran velocidad. Cada proyecto implica trabajar con tecnologías punteras, proveedores globales y requisitos normativos que no solo son estrictos, sino que evolucionan constantemente.
Además, la calidad no se limita a verificar que todo está conforme: implica anticiparse a riesgos, asegurar la trazabilidad completa y fomentar una cultura donde cada persona entienda que la calidad es parte del éxito del proyecto. En un sector donde no hay margen para el error, la atención al detalle y la capacidad de adaptación son esenciales.
Otro desafío importante es la integración de nuevas metodologías y herramientas digitales, que permiten mejorar procesos, pero requieren formación y cambio cultural. Todo esto, en un contexto internacional y altamente competitivo, convierte la calidad en un rol estratégico, no solo operativo.







